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El Neoliberalismo ha muerto

En un anuncio sin precedentes desde el New Deal, el gobierno estadounidense se prepara para lanzar un ambicioso plan que podría llegar a costarle al contribuyente norteamericano hasta… un billón de dólares (nótese la «b»).

¿En qué consiste el plan? parece ser que pretenden solucionar la actual crisis por el método duro, la nacionalización de las inmensas pérdidas que, cada día es más evidente, están sufriendo las entidades financieras. Semejante actuación sorprende, no sólo por su coste, sino por lo que simboliza de abandono en las políticas neoliberales.

No es la primera vez que sucede, al contrario, los países defensores del liberalismo siempre han tenido una curiosa tendencia a abandonarlo en tiempos de crisis. Pero tampoco parecía que esta crisis fuera tan grave como para adoptar esta medida tan radical, sobretodo cuando la actual administración está cercana a su fin y podría dejarle el marrón a la que venga después. A no ser, claro está, que la situación sea todavía peor de lo que pensábamos.

Si la decisión que al final adopten es como parece que va a ser, será de una gravedad extrema. La administración Bush II se ha caracterizado por dilapidar el dinero público, consiguiendo el extraño logro de aumentar sensiblemente el endeudamiento público mientras se reducían radicalmente los gastos sociales. Cientos de millones de dólares se han ido directamente a los bolsillos de empresarios cercanos al gobierno que han cobrado por proyectos de reconstrucción que fueron pagados pero jamás ejecutados, justo antes de trasladar las sedes sus empresas a lugares como Dubai.

Tanto se ha reducido el gasto social que hasta algunos grupos tradicionalmente aliados con el partido republicano, como el de los evangelistas, han empezado a mostrar su hartazgo. Para todos era evidente que la próxima administración debería hacer algo con la deuda mientras que también debía hacer algo por mejorar los servicios del estado… Pero el problema ahora será que la próxima administración va a heredar la mayor deuda que ha tenido EEUU en toda su historia. Deuda que ha sido la consecuencia de una crisis povocada por las políticas de la Administración Bush II.

La teoría neoliberal anuncia todo lo contrario a lo que está sucediendo. En teoría la liberalización de los mercados financieros debería conllevar un gran crecimiento sin fin que haría que los ricos se hicieran más ricos, pero que esto provocara un efecto en cascada que beneficiaría al resto de la nación. Desde Reagan hasta aquí, los gobiernos han sido cada vez más atrevidos en su pretensión de que el estado no debe influir sobre la economía porque así todo funcionará mejor y todos seremos más ricos.

Sin embargo, los resultados han sido justo los opuestos. Todos los ciudadanos que hemos vivido bajo régimenes cada vez más liberales hemos ido viendo como nuestro nivel de vida descendía de año en año, mientras (y apesar de que) la economía crecía y los ricos eran cada vez más ricos. Pero los medios de comunicación, en manos de los beneficiados, consiguieron imponer la idea de que sólo existía una forma correcta de ver la economía, la que a ellos les convenía. En España, desde Boyer hasta Solbes, hemos visto como los economistas del mayor partido supuestamente de izquierdas eran incapaces de tener ningún pensamiento ajeno al neoliberalismo.

En EEUU el cénit se alcanzó con el reinado de Bush II. Rumsfeld, como secretario de defensa, llegó a pronunciar un incendiario discurso ante los burócratas del ejército en el que les decía que ellos eran «el enemigo» y poniéndoles a la alutra de los soviets. Este discurso no tuvo las repercusiones que podría haber tenido ya que se pronunció el día antes del ataque al World Trade Center que tantas alas le daría a la administración Bush II.

Pero Rumsfeld llevó acabo sus amenazas. El ejército americano hoy es atendido por empresas privadas que le suministran alimento, construyen sus campamentos e, incluso, proporcionan mercenarios armados para realizar tareas «incómodas». Estas empresas privadas tienen sus beneficios garantizados por el estado norteamericano que les paga un porcentaje según… el dinero gastado. Así que no miden sus gastos, cuanto más despilfarren, más ganan. Esta escalada hacia la corrupción (no por legal menos descarada) ya se había iniciado durante la administración Clinton, pero nunca hasta los límites actuales que han elevado el gasto militar estadounidense hasta su record histórico sin que su capacidad militar realmente haya mostrado una mayor eficacia.

Pero el ejemplo más claro del desastre neoliberal de la administración Bush II llega con las reconstrucciones, particularmente las que han dependido de ella (Nueva Orleans, Afganistán e Irak), aunque también podríamos hablar de otras inspiradas (o impuestas) en ella, como la de los paises asiaticos arrasados por un tsunami hace un par de años.

Tradicionalmente, después de las guerras se ha abierto un periodo de reconstrucción en el que la economía del país destruido ha conocido un gran crecimiento. Para explicar que no haya sido así en Irak, se habla de la violencia fanática y sectaria. Pero en realidad, la violencia no es nada más que una excusa cómoda. El primer atentado relacionado con la división entre chiitas y sunitas se produjo un año después del final de la guerra. Y de hecho la violencia ha ido incrementándose con el tiempo (salvo el último año) en vez de ser constante.

Por otro lado ¿qué crecimiento económico podríamos esperar? el crecimiento viene de la reconstrucción, pero en su avidez las empresas americanas intentaron reconstruir Irak sin participación de los iraquíes. En Irak había empresas cementeras o de ladrillos perfectamente válidas que se vieron obligadas a cerrar mientras que los estadounidenses importaban materiales de construcción, mucho más caros, desde EEUU. De hecho, en un primer momento, las empreas estadounidenses hasta trasladaron sus propios obreros en vez de dar trabajo a la población local.

Por si fuera poco, se impuso una política de aranceles cero. Y la industría iraquí, antaño la más importante de su región, anticuada por una década de bloqueo y desorganizada por la guerra, fue incapaz de competir contra el aluvión de productos extranjeros. ¿Alguien puede extrañar el crecimiento de la insurgencia, ante tanto trabajador sin trabajo y tanto empresario que, sabiendo que iba a perder todo su dinero, prefería financiar un aumento de la violencia que pudiera ser su única extrategia competitiva?

En estas circunstancias, se sumó la que, probablemente, sea la decisión más estúpida que jamás ha tomado un gobierno estadounidense en política exterior. Dejaron sin trabajo a la mitad de los policias y militares de Irak, que se marcharon con su entrenamiento, su experiencia (y, muchas veces, sus armas) directamente a la insurgencia. Sólo desde un absoluto fanatismo neoliberal puede entenderse un absurdo de este calibre.

Hoy Irak es un avispero del que los estadounidenses quieren huir sin saber ni como. En menor medida, algo similar y por los mismos motivos ha sucedido en Afganistán y en Nueva Orleans. Pero todavía parecía que el neoliberalismo podría continuar adelante hasta que llegó la crisis de las hipotecas basura.

El proceso es suficientemente conocido como para que no sea necesario extenderme. Sólo diré que hace 30 años no se habría producido esta crisis porque el sistema financiero estadounidense tenía sencillos mecanismos de control que lo habrían hecho imposible. Estos mecanismos fueron eliminados ya que, en teoría, dificultaban el crecimiento económico.

Sin embargo, y demostrando la falsedad de los modelos neoliberales que predecían justo lo contrario, la especulación inmobiliaria favorecida por la ausencia de control financiero nos ha llevado al borde de la recesión. Y tanto es así que el gobierno estadounidense lo ha admitido con su decisión de adquirir los fondos problemáticos.

Es muy significativa esta decisión ya que la teoría neoliberal pregona justo lo contrario. Si la teoría neoliberal fuera cierta, lo que debería hacer el gobierno estadounidense es dejar que la crisis limpie las empresas que han asumido demasiados riesgos y verlas caer desde la barrera. Si la teoría neoliberal fuera cierta, la intervención del estado sólo serviría para agravar la crisis. Al decidirse a actuar, el gobierno más neoliberal de la historia de los EEUU está mostrándole al mundo que ha descubierto su error. Y, lo que también es importante, las bolsas han saludado gozosas a esta medida, rompiendo la tradición de que las bolsas respondían negativamente a las medidas intervencionistas.

No son los primeros. Desde esta Europa en que el neoliberalismo todavía sigue en su fase ascendente (incluso bajo supuestos gobiernos de izquierdas), puede parecer lo contrario, pero lo cierto es que si hace tan solo tres años el neoliberalismo gobernaba el mundo, cada vez más gobiernos reniegan de él. Un funcionario del FMI se quejaba no hace mucho de que los gobiernos tercermundistas se reían de sus consejos, los mismos que llevan una década repitiendo machaconamente con los mismos (nefastos) resultados.

Hemos visto como Líbano, tras ser destruido por un ataque israelí, se negaba a aceptar las condiciones del FMI después de conocer en carne propia hasta que punto sus «curas» sólo servirían para agravar la enfermedad. No es un fenómeno aislado, el FMI ha pasado de prestar todos los años 81.000 millones de dólares a tan sólo 11.800 (casi todo a un solo país, Turquía). Y esto ha sido así porque, cada vez más países, se niegan a aceptar las condiciones neoliberales necesarias para recibir un crédito del FMI.

Donde más claro es el proceso es en América Latina. Durante la administración Bush II hemos visto como el férreo control que los EEUU tenían sobre sus vecinos del sur se ha roto en mil pedazos. Al sur del Caribe sólo queda un país que siga siendo un aliado seguro de sus vecinos del norte, Colombia. Todos los demás, con regímenes de lo más diversos, tienen una cosa en común, su oposición al neoliberalismo y a las extorsiones estadounidenses.

La próxima administración deberá lidiar con la gran deuda que ha provocado el neoliberalismo (o, más bien, las medidas necesarias para tapar el agujero que ha provocado el neoliberalismo). Deberá congraciarse con un subcontinente vital para EEUU pero que les odia a ellos y al neoliberalismo en partes iguales. Y esto en un momento en que la ocupación de Irak dificulta mucho el intervencionismo militar, mientras que las masas latinoamericanas están mejor preparadas para evitar maniobras golpistas de la CIA, como se ha demostrado en Brasil, Venezuela y Bolivia.

Da miedo ser optimista, por lo que pueda pasar. Pero creo que la próxima administración se verá obligada a realizar una política apaciguadora, a reducir sus gastos militares y a renunciar al neoliberalismo. En otras palabras, a propiciar que este mundo sea, un poquito, menos injusto.

sábado, 20 septiembre 2008 - Posted by | Política | , , , , ,

1 comentario »

  1. Daremos hasta la sangre si nos la quitan y seguiremos sin protestar, una huelga, dos, tres, y a la vuelta a casa encederemos la tele a ver que ha pasado con la Esteban y si Jesulin tiene una querida o el hijo de Jaime Ostos vuelve al armario. Imaginense ya si ponemos sobrela mesa el problema del tercer mundo, si no nos preocupa el nuestro, a excepcion de lo dicho sobre la esteban, ¿que nos va a preocupar un puntito perdido por Asia, Africa….?
    http://misvalores.wordpress.com
    http://votaenblanco2012.blogspot.com

    Comentarios por aguapublica | sábado, 12 junio 2010 | Responder


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