Libertinaje Digital

Aquí no llamamos «libertinaje» a la Libertad

Chávez I, el Malvado.

Ex golpista, populista, demagogo y maleducado, es muy fácil odiar a Hugo Chávez.

Responsable de políticas que han hecho perder mucho dinero a las empresas que poseen los medios de comunicación españoles, no debe extrañar tampoco que estas le den un trato semejante al de un dictador. Es habitual en España encontrarse con que la gente piensa que Chávez es antidemocrata, repitiendo los mensajes que repiten sin cesar la mayoría de los medios de comunicación venezolanos que, irónicamente, pertenecen a esa oposición que, se supone, está amordazada.

Mientras que las elecciones que ha ganado Hugo Chávez vienen abaladas por la ONU por su limpieza democrática, la oposición a la que apoyan nuestros medios de comunicación se ha caracterizado por actos como el de intentar un golpe de estado en 2002 o el realizar un profundo sabotaje económico contra Venezuela entre 2002 y 2003. Poco después se realizó un referendum revocatorio que Hugo Chávez ganó por mayoría absoluta (nuevamente la ONU garantizó la limpieza del proceso).

Si en el plano político la actuación de Chávez ha sido impecablemente democrática ¿por qué se nos dice lo contrario? Tal vez por su actuación en el plano económico.

Venezuela es un nuevo ejemplo empírico sobre los errores de las teorías liberales. Las políticas que ha llevado a cabo Hugo Chávez deberían, si el liberalismo fuera acertado, haber llevado al país a la ruina. Nacionalizaciones, subida de impuestos a los ricos, gran política social… Venezuela ha seguido la dirección contraria a la que supone correcta y los resultados han sido los opuestos que el liberalismo predice. No es que la realidad sea algo que preocupe mucho a los liberales, pero en cualquier caso, Venezuela es un ejemplo y un ejemplo peligroso. Es por ello que nuestros medios de comunicación, comprometidos con el liberalismo, tengan que buscar otras formas de atacar a Chávez. Aunque sea mintiendo (y aquí, y aquí, y aquí).

El caso es que, independientemente de lo malvado que sea Chávez, las cifras de Venezuela son escandalosas. Lejos de aumentar la misería, Venezuela ha conseguido reducir a la mitad la tasa de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza  (del 20,3% al 9,5%). La regulación, lejos de aumentar el paro como dicen los liberales, lo ha reducido a su vez a la mitad (del 16,6% al 7,1%). El índice de desigualdad se redujo en 13,7%, en una década en que este índice ha aumentado en casi todo el mundo. En 2005, por primera vez en su historia, Venezuela ha erradicado el analfabetismo,  y desde entonces se están realizando campañas para conseguir que todos los venezolanos alcancen los estudios primarios y para facilitar el acceso a la Universidad. Los niños escolarizados han pasado de 6,9 millones en 2001 a 12,1 millones en 2006…

La tasa de mortalidad está en mínimos históricos, reduciendose por primera vez en menos de un 10 por mil. Venezuela tiene, hoy, la tasa de desnutrición infantil más baja de toda América Latina, por debajo tan solo de Cuba y Chile. En 1998 el agua potable sólo alcanzaba al 80% de los habitantes de las ciudades y al 55% del campo, mientras que en 2007 la cifra se extendió hasta el 92% de los urbanitas y 71% de los campesinos. Venezuela ha alcanzado ya los Objetivos del Milenio fijados por la ONU para 2015.

El salario mínimo mensual ha pasado de 118 dólares en 1998 a 286 en la actualidad, siendo el más elevado del área latinoamericana.

Las personas mayores que nunca han trabajado, las personas discapacitadas, las mujeres desprotegidas, las amas de casa mayores de 61 reciben ayudas por primera vez en la historia del país.

Lo que es más importante. Gracias a la riqueza petrolera que Venezuela ha nacionalizado, se ha creado el Banco del Sur. El Banco del Sur ha surgido como una alternativa al FMI al que ha superado ampliamente en Sudamérica. A diferencia del FMI, el Banco del Sur ofrece créditos a bajo interés y, lo que es mucho más importante, mientras que el FMI exije adoptar medidas ultraliberlaes, el Banco del Sur exije que se realicen medidas de corte social. El FMI obliga a cerrar escuelas, el Banco del Sur a abrirlas. La existencia del Banco del Sur ha permitido el surgimiento de una serie de políticas de corte izquierdista en toda América Latina. Y, contra lo que nos cuentan los liberales en España, estas medidas no están llevando precisamente al caos.

Hoy, cuando nuestra economía liberal ha entrado en recesión, es buen momento para echar un vistazo a lo que está pasando en otros países. Si un experto asegura que algo es imposible, y vemos como en alguna parte de la tierra ese algo imposible está funcionando, quizás el equivocado esté el experto y no la realidad ¿no creeis?

viernes, 4 septiembre 2009 - Posted by | Política

1 comentario »

  1. Yo no me creo nada de un «experto» en economía. Para mí un experto en economía es como un experto en beber semen.

    Comentarios por Imperator | sábado, 5 septiembre 2009 | Responder


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